Caída y Resurgimiento de la Iglesia Católica

Publicado: enero 16, 2012 en Cuentos, Cuentos de ciencia ficción y fantasía
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Corre el año 2100.

Las cicatrices de la Gran Contienda desaparecieron de la Tierra, es una era de orden y libertad, y la Humanidad se expande rápidamente por todo el Sistema Solar. Enormes hábitat espaciales giran en torno al sol, y hay decenas de colonias diseminadas por planetas y satélites. Su población suma millones de habitantes.
La Iglesia Católica es con mucho, la fe predominante.

Pero estallan las primeras diferencias entre las colonias y el Planeta Madre. Las colonias quieren autonomía, la Tierra no está dispuesta a prescindir de las materias primas espaciales, y del nuevo conflicto surge un sistema autoritario de control, el Imperio Solar, con sede en Nueva York.
El Imperio no está dispuesto a ninguna interferencia en su poder absoluto, su único rival potencial es la Iglesia. Comienza la persecución Imperial a los católicos.

Entretanto, en una lejana colonia, un personaje oscuro, que algunos llaman Samur, comienza a predicar un nuevo mensaje.

Para él, la transformación del pan en la carne de Cristo, y del vino en su sangre, es canibalismo puro. Así lo dice, así lo anuncia a los cuatro vientos.
En poco tiempo tiene un grupo de adeptos. El resto de la gente reacciona frente a este grupo con sentimientos diversos, se ríen de ellos, o se indignan, o los ignoran.

Increíblemente, la nueva fe incorpora acólitos a gran velocidad. Al comienzo, los vegetarianos, luego, ciudadanos de todo tipo.
El Samurismo incorpora más y más elementos nuevos, y sus diferencias doctrinarias con la Iglesia Católica se hacen cada día más insalvables.
La Iglesia está debilitada, y es así que en el año 2450 se proscribe definitavemente a la Religión Católica. Las fuerzas del Imperio entran en la Santa Sede y la reducen a escombros. El destino del Papa nunca es del todo claro, algunos dicen que fue ejecutado, otros, que logró escapar.

En el año 2470, el Imperio adopta como religión oficial al Samurismo. La mayoría de los católicos sobrevivientes huyen de la Tierra, y deambulan entre las colonias espaciales.
Líderes samurianos difunden leyendas según las cuales los católicos devoran a niños samurianos en sus ritos caníbales.

Las pequeñas comunidades católicas sobreviven a duras penas. Los católicos son a veces tolerados a desgano, generalmente son discriminados, y de vez en cuando, masacrados. Atemorizados, resisten a duras penas, mantienen con orgullo su fe, y sueñan con regresar al planeta madre.
El Imperio Solar llega a un período de estancamiento y hasta declive. En una colonia, en el año 2789, estalla el grito de Igualdad y Fraternidad.

Las ideas revolucionarias incendian al Imperio. Hacia el año 2900, el Imperio está en declive y en su lugar surgen todo tipo de sistemas que colaboran en democracia y libertad.
Se descubre el vuelo interestelar, todos los hombres se sienten hermanos, y los católicos comienzan a retornar en grandes números a la Tierra.

Entre los años 2940 y 2945, en la última guerra entre el Imperio y la Federación Democrática del Espacio, 26 millones de católicos son masacrados por el Imperio. En 2945 el Imperio es por fin derrotado.

En el año 2948 se reconstruye la Capilla Sixtina en su lugar original. Hacia fines de siglo, el Gran Sacerdote Samuriano llama a la reconciliación entre las dos religiones, y a reconocer a los católicos como sus hermanos mayores.

Católicos, samurianos, toda la humanidad, se prepara para el tercer milenio y el gran salto hacia las estrellas.
Es el momento de la reconciliación y de la reconstrucción, pero no del olvido.
Porque quien olvida la historia, está condenado a repetirla.

Claudio Avi Chami

comentarios
  1. Oscar Míglio dice:

    Muy fuerte, pena que todos siguen siendo religiosos (parece que no se puede romper con eso), me gustó realmente la literaturización del relato.

  2. Clara dice:

    La historia se repitió, si… Por suerte, a veces llega la luz.
    Tu lucidez mental, sentido del humor y humanidad me gustan.
    Como texto literario también.
    Gracias.

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